Dando voz a los discapacitados y a sus familias la Asociación Española de Abogados Cristianos ha interpuesto una denuncia contra el socialista Óscar Puente y los escritores Rosa Regás y Arcadi Espada. Todos ellos se han opuesto a que la próxima reforma de la ley del aborto impida que se puedan abortar a los no nacidos que padecen enfermedades discapacitantes, tildándoles de «monstruos», «hijos deformes» o «niños tontos», entre otros calificativos.
Javier Lozano/Libertad Digital) El posible delito por el que han presentado la denuncia se refiere al artículo 510 del Código Penal:
Del mismo modo, la denuncia también incluye otro presunto delito de discriminación por las palabras de Regas en las que haría apología de la «aniquilación» de estos niños así como por las de Espada afirmando que no se debe permitir que «alguien deje nacer a alguien enfermo».
El primero de los denunciados es el portavoz del PSOE en Valladolid, Óscar Puente, que a través de Twitter escribió: «el PP recorta miles de millones en dependencia y nos obliga a tener hijos deformes. Menudo combo».
Por su parte, Arcadi Espada escribió un artículo en su blog alojado en El Mundo en el que aseguraba que se podría aplicar «alguna variante de lo que se conoce como crímenes contra la humanidad» a los que permitieran nacer niños con discapacidad.
Este era el argumentario de Espada:
Por último, la denuncia contra Rosa Regás se centra en otro artículo escrito en El Mundo. En su escrito, la que fuera directora de la Biblioteca Nacional con Zapatero calificaba de monstruos en varias ocasiones a los niños discapacitados. Así se manifestaba Regás:
Señor Ministro, ¿no le parece que antes de dar vida a los monstruos debería ocuparse de que no se resquebrajara la dignidad de los vivos, y defender para ellos trabajo, vivienda, educación y sanidad?
La plataforma denunciante, la Asociación Española de Abogados Cristianos, asegura que los denunciados «ofenden a las personas con discapacidad con denodado desprecio» y con afirmaciones que «bien podrían corresponderse con regímenes totalitarios, como el de la Alemania nazi, donde se perseguía y se ‘eliminaba’ a todo aquel que no se correspondía con determinados cánones».
En este sentido, agregan que «los vocablos utilizados, por su propio sentido gramatical, son tan claramente insultantes e hirientes que el ánimo específico se encuentra implícito en ellos, y en este caso es evidente su cariz menospreciativo».