La semana pasada ha sido pródiga en noticias sobre la eventual salida de la crisis. Empieza a haber más optimismo, o menos pesimismo. El ciudadano sigue expectante y cada uno tiene su opinión sobre si tardaremos mucho o poco en salir de la crisis.
Para clarificar el tema, primero hay que definir qué entendemos por salir de la crisis. Técnicamente, según la definición comúnmente aceptada, se está en crisis económica cuando durante tres trimestres seguidos hay crecimiento económico negativo: es decir que el PIB trimestral baja tres trimestres seguidos. Esto lleva ocurriendo en España desde el segundo trimestre de 2011 (2T2011). Llevamos pues 9 trimestres decreciendo. En España el PIB trimestral ronda los 250 millardos y el anual los 1.000.
Hay indicios de que ya en el trimestre tercero de 2013, que acabamos de terminar podemos tener crecimiento cero. Y con un poco de suerte el cuarto trimestre puede dar un ligero crecimiento económico positivo en torno al 0,2%. Poco es, ya que el número empieza por cero, pero algo es algo. Si esta previsión se confirma, estaríamos saliendo de la crisis en este cuarto trimestre de 2013.
Las razones que llevan al ligero optimismo son que las exportaciones están yendo muy bien y las importaciones no suben mucho. Sólo este factor ha aportado 100.000 millones de euros a la balanza de pagos en este año, comparado con el 2008 en que empezó la crisis: un crecimiento del PIB de un 10% sólo por este factor. Además, parece que el consumo deja de caer: las grandes empresas de consumo (Corte Inglés, Carrefour, Cortefiel, etc.) han notado un ligero repunte del consumo a partir de julio. La inversión modera su caída y el gasto público parece que también. Con estos cuatro elementos lo normal es que empezáramos a crecer, aunque sea muy poco. Estas tendencias, aunque muy débiles todavía, se notan en la secuencia de crecimiento del PIB en los últimos 12 meses que ha sido: -0,4% (3T2012), -0,8% (4T2012), -0,4% (1T2013) y -0,1% (2T2013). Parece que poco a poco remontamos desde el mínimo del 4T de 2012.
Entonces, ¿se empezará ya a crear empleo? Pues honestamente creo que todavía no. Lo que sí sucederá es que ya no se destruirá más: el paro no aumentará (espero). Pero de ahí a crear empleo hay una distancia. La razón es sencilla, imagine usted un negocio, por ejemplo un restaurante porque solía tener 50 comensales cada día; con la crisis el número bajó a 40, 30 y 20 y con ello también bajó el número de camareros. Ahora estamos en el momento en que el restaurante se mantiene en 20 y sube levemente a 25. El restaurador, si necesita más gente, utilizará horas extraordinarias, o contratos puntuales por horas. Sólo cuando esté seguro, después de muchas semanas o meses en que el restaurante está en 30 comensales, quizá se plantee contratar un nuevo camarero. En definitiva, la creación de empleo siempre viene cuando ya las empresas venden mucho, y por tanto cuando el PIB ya está creciendo con fuerza. Y hasta llegar a ese punto nos queda mucho tiempo.
Artículo publicado en el El Periódico el 16 de octubre de 2013. Artículo en pdf