Los niños pasan una media de tres horas diarias frente al televisor. Sepa cómo actuar ante estos pequeños adictos.
La televisión se ha convertido en España en la primera alternativa de ocio infantil, puesto que lo primero que hace el 30% de los niños cuando llega a casa es encenderla. «Lo más cómodo para los padres es que sus hijos vean la tele, y lo hacen durante demasiado tiempo. La media está en tres horas diarias, y más aún los fines de semana», señala la catedrática de Teoría de la Educación, Petra María Pérez. Con esta costumbre, tan arraigada en nuestro país, los niños pierden mucho.
La televisión no enseña lo que es la comprensión, la gratitud, el respeto…
De hecho, según señalan los expertos, estar horas y horas frente a la pantalla de la televisión implica que no se aprendan una serie de competencias emocionales y sociales muy útiles para la futura vida de los pequeños. «La televisión —añade esta especialista—, no enseña lo que es la comprensión, la gratitud, el respeto, cómo superar la frustación, relacionarse con los demás…. valores que sí se aprenden a través de las vivencias del juego porque el niño sabe que tiene que esperar su turno, que unas veces gana y otras pierde, que hay unas normas de convivencia… etc. Tampoco favorece la creatividad, en la televisión todo viene dado por lo que no se despierta el espíritu crítico».
Las otras opciones
¿Qué pueden hacer los padres? «Si de verdad quieren favorecer su desarrollo personal —concluye esta catedrática—, los padres deben ofrecerles la posibilidad de jugar, y si es juntos mejor, o de que vayan a casa de un amigo, o de invitar a su casa para que se relacionen y no se cierren en sí mismos, de mostrarles el atractivo de la lectura, de las manualidades… Sólo hay que poner empeño». A continuación les ofrecemos algunos consejos prácticos de Joaquín Arozamena, periodista y profesor de la Universidad Francisco de Vitoria, para que sus hijos no se conviertan en pequeños «adictos» a la TV:
-Los padres deben ser conscientes de que hay contenidos inadecuados para los niños y deben tener la responsabilidad de elegir los más idóneos para cada edad.
-Antes de encender la tele es importante saber qué se va a ver, y no encenderla para ver qué hay… y, sobre todo, hay que saber cuando apagarla.
-Hay que explicarles a los niños la diferencia entre la realidad y la ficción, así como vincular los actos a las consecuencias y contrarrestar todo lo que atente contra los valores elementales.
-Los padres deben controlar el tiempo que pasan sus hijos frente a la pantalla y ser un referente para ellos.
-A veces no sólo puede ser contraproducente lo que ven los niños sino también lo que ven los niños que ven sus padres.
-Consumir de manera ilimitada y sin críticas no es el mejor ejemplo.
-La televisión no es una madre ni tampoco una niñera, se debe evitar la tentación de acudir a ella como única forma de entretenimiento o diversión.
-No debe utlizarse tampoco como premio o castigo. Al hacerlo, la erigimos como árbitro de la vida familiar y se transmite al niño una idea equivocada sobre su verdadera identidad.
-Hay que intentar que la televisión no sea la única que hable, sino un lugar de encuentro y comunicación del entorno familiar.
-Muchos hogares tienen televisiones en diferentes habitaciones. Cuando los niños ven la televisión en su cuarto, disminiuye la capacidad de los padres para supervisar los contenidos.
-Los padres deben aprender a ver la publicidad. Son los padres y los educadores los que deben enseñar a los más jóvenes la realidad del mundo comercial.
-Es importante ver la televisión con los hijos y aprovechar el potencial que tiene para crear una comunicación familiar en torno a los programas y sus contenidos.
-Los niños tienen que dormir. La televisión no debe interferir en los horarios de sueño de nuestros hijos en los que, además, se concentran los contenidos menos adecuados.
Fuente.ABC.-Sección Familia
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