CONVERSACIONES. Capítulo XX: La figura de la mujer (Julián Marías)

Chapter XX: “The figure of woman” (“La figura de la mujer”).

Marías in the beginning of this chapter uses the story of the Creation of Adam and Eve to introduce us to the issue of women. In this chapter, Marías remembers us what he said in chapter XVIII when he explained the issue about the human face, like he did with the man, highlighting the beauty of woman. The woman is the person with female life and her role in reference to male is very significant. The woman, far from remaining passive to the initiative of the male, has the function to put him in motion, to call him. Marias points out that our society is putting into crisis the sexed condition that allows the reciprocal relationship between male and female, in favor of an absurd and erroneous leveling that decreases polarity, causing the male to lose interest and initiative to the female’s charm.

Next week, we will study chapter XXI: “The vital reason: masculine and feminine”.

A continuación nos adentramos en el Capítulo XX: La figura de la mujer de Julián Marías Antropología metafísica.

Julián Marías en el comienzo de este capítulo se sirve del relato de la creación de Adán y Eva para introducirnos en el tema de la mujer, además de retomar la idea que afirma que “los atributos de la vida humana se encuentran, en dos versiones distintas, polarmente opuestas, en el varón y en la mujer”1.

Vuelve nuestro filósofo al tema del rostro humano, al igual que hiciera con el hombre, destacando del de la mujer la belleza. Pero no todas se sienten bellas, ya que “la belleza no está en los ojos de quien la mira sino en su propia mente”2. A la mujer le corresponde el atributo de la gracia, atributo que nuestro filósofo enlaza con la teología explicando el significado del saludo del arcángel Gabriel a María, afirmando que “por eso la mujer –quiero decir, una vez más, tiene que ser- grata, agradable, y esa gracia es gratis, un don gratuito- una gracia-. Inestable e inseguro, casi milagroso”3. Belleza, gracias, levedad e interés son los adjetivos que corresponden a la mujer, al igual que su capacidad de mover al hombre, de llamarlo. Pero es su dimensión estable la que interesa a Marías, y que relaciona con la interioridad y la intimidad.

Todos los atributos de la vida humana se encuentran en dos versiones diferentes y polarmente opuestas. ¿Qué ocurre? En la historia se ha ocultado el genio femenino relegándose a la mujer a un mero papel: madre, esposa, hija, hermana…, oscureciendo muchas veces esos atributos de la feminidad, sabiendo que podían ser consideradas como mujeres si recibieran un trato desde la disyunción polar. Esto se ha superado.

La mujer es la persona que tiene vida femenina, pero siempre en referencia al varón. ¿Qué papel tiene la mujer en referencia al varón? Importantísimo. El que la iniciativa amorosa sea privativa del varón es un hecho social establecido que responde a la estructura respectiva de uno y otra. La mujer, lejos de quedarse pasiva ante la iniciativa del varón, tiene la función de ponerle en movimiento, de llamarle. “La mujer llama al varón, hasta lo provoca, pero se retira y esconde, se encierra, y el hombre tiene que llamar a su puerta, con la esperanza de que la mujer le abra y le deje entrar, le permita penetrar en su intimidad”4, en su ensimismamiento. ¿Por qué atrae la mujer? Porque le es propia la virtud de la belleza, no exclusivamente física, sino la belleza personal femenina, cuya forma denominamos gracia. Hay, por tanto, un deseo del varón hacia la mujer, pero es un error interpretar pasivamente a la mujer porque ella tiene la maravillosa capacidad de atracción.

La semana próxima abordaremos la segunda parte de este capítulo XX: La figura de la mujer.

1 MARÍAS, J, Antropología metafísica, Alianza Editorial, Madrid, 1995, pág. 142

2 RALEY, H., Julián Marías: una filosofía desde dentro, Alianza Universidad, Madrid, 1997, Pág. 166

3 MARÍAS, J, Antropología metafísica, Alianza Editorial, Madrid, 1995, pág. 143