El presidente chino, Xi Jinping, ha animado a incorporar las creencias a la sociedad socialista china, pero ha subrayado que el desarrollo de las religiones en China debe ser ajeno a influencias extranjeras.
Las puntualizaciones de Xi Jinping se han producido en momentos en que se trabaja sigilosamente en un acercamiento entre El Vaticano y Beijing con el especial interés del Papa Francisco.
“Se deben realizar esfuerzos activos para incorporar las religiones a la sociedad socialista“, dijo el presidente durante un encuentro con miembros de alto rango del Partido Comunista (PCCh) que ha concluido este miércoles, 20 de mayo, según recoge la agencia oficial Xinhua.
Durante la reunión, Xi prometió también “aplicar al completo” medidas para garantizar la libertad religiosa y gestionar los asuntos relacionados con esta materia de acuerdo a la ley. Con todo, Xi instó a una “actitud equilibrada” hacia las religiones, teniendo en cuenta, matizó, “sus pros y contras”.
China sólo aprueba a su Iglesia Patriótica Católica, institución que regula las actividades de esta religión en el país, y no reconoce la autoridad vaticana, aunque a finales de año ofreció a la Santa Sede la posibilidad de revisar conjuntamente el nombramiento de obispos, asunto que ha minado severamente las relaciones Roma-Pekín en los últimos años.
Por otro lado, algunos grupos en el exilio de la minoría uigur, que profesa la religión musulmana y viven en el noroeste de China, en la región de Xinjiang, han denunciado la intolerancia de las autoridades chinas contra ciertos símbolos del Islam, como el velo en las mujeres o incluso la barba en los hombres. Xi aseveró hoy que el país “reconoce la contribución de la población religiosa y les animará a continuar trabajando por el desarrollo” del país, así como por la “unidad étnica”.
En el mismo encuentro, pidió a las autoridades a “acercarse y reclutar a más intelectuales” que no sean del Partido Comunista, en pos del desarrollo económico y de la limpieza de internet, dijo. China siempre ha condenado que países se inmiscuyan en sus asuntos, y se opone especialmente a que otros gobiernos cuestionen sus políticas en Tíbet y Xinjiang, donde denuncia que operan extremistas religiosos que buscan la independencia de ambas regiones.
Satisfacción de uno de los gestores del acercamiento
El dirigente político argentino Ricardo Romano, que el año pasado fue portador de una carta del Papa Francisco al presidente de China, Xi Jinping, consideró “muy halagüeñas” las declaraciones del mandatario oriental a favor de incorporar las religiones a la sociedad de su país.
En diálogo con el portal Valores Religiosos, Romano anticipó que “se encuentran muy avanzada” las conversaciones entre Beijing y el Vaticano para normalizar las relaciones tras un conflicto de más de medio siglo.
En diciembre pasado, a través de Romano y José Luján, el Papa le envió una carta a Xi Jinping en la que lo invitaba a visitar el Vaticano. Francisco se convirtió en el primer pontífice en volar suelo chino durante su viaje a Corea, el año pasado.
El Papa pidió a los católicos chinos ser fieles a Roma
El Papa Francisco le pidió a la Virgen María que ayude a los católicos de China a ser siempre testimonios creíbles de este amor misericordioso en medio de su pueblo y a que vivan espiritualmente unidos a la roca de Pedro sobre la que está construida la Iglesia.
Al final de la última audiencia general, Francisco recordó que el 24 de mayo “los católicos en China rezarán con devoción a la beata Virgen María Socorro de los Cristianos, venerada en el Santuario de Sheshán en Shanghai”.
En esa estatua, que se eleva por sobre el santuario, añadió, “María sostiene a su Hijo, presentándolo al mundo con los brazos abierdos en gesto de amor y de misericordia. También nosotros pediremos a María que ayude a los católicos de China a ser siempre testimonios creíbles de este amor misericordioso en medio de su pueblo y a que vivan espiritualmente unidos a la roca de Pedro sobre la que está construida la Iglesia”.