La prima de riesgo ha bajado casi la mitad desde agosto, y eso refleja mayor confianza de los inversores internacionales en la economía española. El gobierno central consigue que le presten a precios razonables; algunas comunidades autónomas también (Madrid, Galicia, Navarra, Aragón). Bastantes empresas han conseguido financiación, cosa que no ocurría desde marzo del 2012. El dinero de fuera vuelve a entrar en los países periféricos: según el Financial Times 100.000 millones desde noviembre.
Respecto a la banca: desde noviembre se ha frenado la caída de depósitos que venía ocurriendo desde otoño 2011. Parece que la confianza de los ahorradores empieza a repuntar (o a no bajar). Los bancos han hecho muchas provisiones, han aumentado su capital y ahora están en mejores condiciones para volver a prestar (aunque empezarán a hacerlo muy poco a poco). He visto personalmente que dos grandes bancos han concedido créditos ahora que llevaban parados desde hace dos años. Es una experiencia puntual, pero algo dice.
En la administración pública se ha conseguido mucho en cuanto a transparencia. Ahora tenemos los datos de gasto público en apenas uno o dos meses (antes eran dos años). Algunas comunidades autónomas están haciendo un esfuerzo notable en la racionalización del gasto, que no es gastar menos, sino eliminar los gastos que no son necesarios para concentrarse en los que sí lo son. Por eso los mercados nos empiezan a prestar. Aunque aquí queda mucho, mucho por hacer.
Y respecto a la economía: por primera vez exportamos más que importamos. Con ello nos hemos ahorrado 60.000 millones o un 6% de nuestro PIB, que antes bajaba y ahora no. Los fabricantes internacionales de coches (Renault, Nissan, Ford, etc.) están volviendo a invertir en España, prefiriéndola a otros países. Todo esto indica que si nos ponemos las pilas podemos fabricar tan bien y barato como los demás.