¡Atrévete a estudiar!

Familia actual.-Muchos estudiantes tienen un rendimiento académico bajo simplemente porque no se han decidido, con todas las consecuencias, a estudiar. Quieren, pero no pueden, porque simplemente no quieren. Sus excusas son ramplonas y caen en el “esqueísmo” del que habla Víctor Küppers: “es que es difícil…”, “es que no tengo tiempo…”, “es que me cuesta…”, “es que no lo entiendo…”, “es que los amigos…”, “es que no soy como fulanito…”, etc., etc.

En este tema, los padres y profesores poco pueden hacer si los protagonistas no toman cartas en el asunto. Son ellos los que tienen que poner las medidas oportunas, por ejemplo, estas:

¡Atrévete a pensar! Sapere aude! Era el lema de la Ilustración. El saber nos carga de posibilidades, nos hace más libres. Se dice que la ignorancia es atrevida porque el ignorante tiene muchas más posibilidades de meter la pata. Estamos en la era de la información y del conocimiento, el que no estudia se queda atrás, puedes pensar que se lo pasa bien, pero en el fondo se pierde la oportunidad de llenarse de oportunidades.
Sé consciente de que se trata de tu futuro. Seguramente que te lo habrán dicho muchas veces, no obstante es verdad. Intenta transportarte mentalmente dentro de unos años e intenta verte allí. Piensa en quién te gustaría ser, qué te gustaría estar haciendo, dónde, cómo. Cada decisión que tomamos influye en nuestra vida. No pienses en lo que ahora te gustaría hacer, sino en lo que en el futuro te habrá gustado haber hecho.
Ponte objetivos a medio y largo plazo. No te pierdas en la inmediatez. Porque algo te produzca una satisfacción instantánea no significa que sea mejor, al contrario, puede dejarte rezagado/a e impedir que aspires a metas más altas.
Da siempre la cara. Por muy mal que te hayan ido las cosas de nada sirve esconder lo barrido bajo la alfombra. No engañes ni te engañes sobre tus notas. Sólo estarás retardando la comparecencia de la verdad y a las malas noticias se unirá el descubrimiento del engaño.
Comprométete a mejorar. No sólo de palabra. Pon los medios, cambia de hábitos, pide ayuda. Notarás que si mejoran tus notas mejorarás tú también. Te sentirás bien.
Organízate. Se trata de optimizar el tiempo, de no derrocharlo. Una persona organizada hace más cosas, llega a más, simplemente porque sabe neutralizar los tiempos muertos. No se trata de volverse un empollón, es decir, de no hacer otra cosa que estudiar, sino de organizarse mejor. Si lo haces bien, puedes llegar a todo.

No tires más balones fuera, total, al final hay que ir a recogerlos. Si pones los medios, te estarás demostrando a ti mismo que quieres estudiar y, ya sabes, si quieres, puedes. Son buenos propósitos para el año que empieza.

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