Así ven España las empresas extranjeras

Las empresas extranjeras siguen teniendo un papel determinante en la economía española, donde generan 1,3 millones de empleos. En 2011, su inversión neta alcanzó los 29.476 millones de dólares, lo que supone un aumento del 20% respecto a 2010.

Estas cifras convierten a España en el noveno mayor receptor mundial de inversión extranjera directa en términos de stock y avalan el notable atractivo que presenta el país para el inversor extranjero, incluso en las actuales circunstancias económicas.

Así lo recoge el “Barómetro del clima de negocios en España”, elaborado por el International Center for Competitiveness (ICC) del IESE en colaboración con Invest in Spain.

Previsiones positivas
El estudio, basado en encuestas a más de 250 compañías, señala que el 88% de las firmas foráneas presentes en España prevén mantener o elevar las exportaciones en 2012. El 70% esperan hacer lo mismo con el empleo, otro 70% espera igualar o ampliar las inversiones y el 63% cree que podrá sostener o elevar el nivel de ingresos.

Además, las empresas extranjeras aprueban el clima de negocios en el país, con una puntuación de 2,7 puntos sobre 5. Esta valoración es dos décimas más baja que en 2011, aunque no refleja los efectos de las reformas estructurales adoptadas durante el ejercicio actual.

Los inversores extranjeros consideran que España ha hecho progresos en el terreno regulatorio, pero la evolución respecto a 2011 ha sido ligeramente negativa en el resto de campos analizados.

Los imanes de la inversión
Según las empresas consultadas, uno de los puntos fuertes del país son las infraestructuras, especialmente el tren de alta velocidad y los aeropuertos. También valoran muy positivamente la disponibilidad de mano de obra, tanto cualificada como no cualificada, así como el ocio y la cultura.

Otra de las grandes fortalezas que presenta España para atraer inversión extranjera es el tamaño de mercado, aunque los encuestados opinan que debe mejorar tanto en dimensión como en accesibilidad.

El capital humano, el área más importante para las empresas foráneas, también obtiene una valoración positiva, aunque consideran necesario mejorar en idiomas, aceptación de responsabilidades, capacidad de aprendizaje y disponibilidad de mano de obra cualificada, todo ello imprescindible para asegurar la competitividad a medio y largo plazo.

Como nota destacable, el nivel de las escuelas de negocio españolas, cantera de ejecutivos internacionales en el país, sigue siendo un aspecto que satisface plenamente las expectativas de los inversores extranjeros.

Además, la calidad de vida contribuye a convertir España en un destino muy atractivo para los expatriados y sus familias, que ven grandes ventajas en el ocio y la cultura del país, así como en las prestaciones de su sistema sanitario.

El reverso de la moneda
Los principales problemas de España se refieren a aspectos financieros, el área peor considerada a nivel general. Las valoraciones son especialmente bajas en cuanto a los costes y disponibilidad de financiación en banca comercial, así como otros tipos de financiación. Además, la evolución respecto a 2011 en este terreno no ha sido positiva.

La innovación y los costes generales son otros dos campos mal valorados en la encuesta. En el primer ámbito, los aspectos más conflictivos son el volumen de gasto público en I+D+i y su aplicación empresarial.

Sobre el entorno regulatorio, los inversores extranjeros siguen reclamando una mayor estabilidad y consideran que existe un amplio margen de mejora en la carga burocrática a la que se ven sometidas las empresas, un problema que también reflejan índices internacionales sobre competitividad como el “Informe de Competitividad Global 2012-2013” del Foro Económico Mundial.

En materia fiscal, las compañías consideran que se podría mejorar el impuesto de sociedades y las cuotas que pagan las empresas a la Seguridad Social, entre otros puntos.

En opinión de los inversores foráneos, el mercado laboral presenta claras deficiencias, sobre todo en cuanto a incentivos y ayudas a la contratación.

Sin embargo, cabe destacar que han mejorado algunos aspectos como los costes del despido o la adecuación de la legislación laboral a las necesidades de las empresas. En concreto, el 72 % de los encuestados cree que las reformas laborales han mejorado la flexibilidad del mercado y el 68% ve con buenos ojos la reforma de la negociación colectiva.

Según el informe, existen algunos ámbitos que requieren una especial atención a causa de la relevancia que tienen para las compañías extranjeras y la mala valoración que hacen de ellos en España. Entre ellos, destacan el dominio de idiomas, la aceptación de responsabilidades y objetivos, la carga burocrática en el día a día de la empresa y los incentivos a la contratación laboral.

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