Hace unos día, Artur Mas anunciaba que Cataluña permanecería en el euro, aunque quedara fuera de la Unión Europea (UE) como consecuencia de la independencia (El Periódico de Catalunya, 20/9/13). De entrada parece un deseo sensato y lógico. Los ciudadanos europeos siguen considerando que el euro y la Unión Europea son una buena idea, a pesar de que el favor europeísta haya decaído por la crisis. De algún modo perciben que estar en el euro es jugar en primera división. El asunto es ver si esa intención es realista y se puede llevar a cabo. Me explico.
El Banco Central Europeo (BCE) es el que regula la cantidad de dinero con el que funciona la economía, es decir, regula la llamada oferta monetaria. Inyecta dinero en la economía a través de préstamos que, de manera regular, concede a los bancos de cada país, para que a su vez estos lo presten a empresas e individuos. El plazo al que el BCE (y la mayoría de bancos centrales del mundo) presta, es habitualmente corto, unos tres meses. La cantidad de dinero en la economía se reduce cuando esos bancos devuelven los préstamos al BCE. De este modo, cuando la inflación sube, porque hay exceso de dinero, el BCE recupera los préstamos solicitados y concede menos, de modo que la oferta monetaria disminuye. Por el contrario, cuando la inflación no es el peligro y sí lo es la crisis, el BCE presta mucho dinero, para que el crédito funcione y facilite el crecimiento económico. La intervención más importante del BCE en este sentido fue el préstamo de 1 billón de euros a los bancos europeos en diciembre 2011 y febrero 2012, de los que doscientos mil millones fueron a cajas de ahorro y bancos españoles. Fue un balón de oxigeno fundamental para bastantes de ellas.
¿Es posible permanecer en el euro fuera de la UE?
El problema está en que si no formas parte de la UE los bancos de tu país no tienen acceso a los préstamos del BCE y por tanto no se puede regular la cantidad de dinero existente en la economía. De hecho la oferta monetaria o cantidad de euros con el que funcionaría la economía en Cataluña (con euro pero sin UE) dependería exclusivamente de los euros que entran vía exportaciones y de los que salen por las importaciones.
Para evitar el colapso de la economía por falta de dinero, necesitas exportar muchísimo (eso se puede hacer) e importar muy poco (esto es más difícil de de conseguir). Si además en Europa te aplican la tarifa arancelaria común (TIRC), los productos de empresas radicadas en Cataluña se encarecen y es más difícil vender y de paso conseguir euros. Los primeros años te puedes quedar sin euros para funcionar.
También entrarían euros en la economía de Cataluña si los inversores-ahorradores internacionales decidieran depositar sus ahorros en bancos catalanes. En ese caso habría dinero en abundancia. Es lo que ocurre en Andorra y Mónaco. Pero ¿somos como Mónaco y Andorra?
En resumen: una cosa son los buenos deseos (estar en el euro) y otra las consecuencias prácticas de esos buenos deseos… que conviene conocer.
Artículo publicado en el El Periódico el 3 de octubre de 2013. Artículo en pdf