Antes, la ética no era lo importante al fichar ejecutivos

El Economista.-27/12/2013.-Al quedarse en paro, a muchos ejecutivos les atenaza el miedo; Sara Bieger les recomienda que reflexionen acerca de quiénes son, más allá de sus puestos de director general o de consejero delegado. Bieger es socia directora de Leaders Trust, dedicada a la búsqueda de altos cargos. Esta empresa es miembro de la Asociación de Executive Search Consultant (Aesc), el organismo oficial que engloba a las firmas de búsqueda de ejecutivos.
Ustedes seleccionan ejecutivos…

Sara Bieger: socia directora de Leader Trust
Sara Bieger: socia directora de Leader Trust

Sí, aunque lo llamamos búsqueda. Nuestro trabajo consiste en entender qué perfil necesita una compañía y buscarlo en otras empresas. No nos llegan currículos, somos nosotros los que salimos a buscarlos.
¿Y se encuentran con que muchos están en el paro?
¡Por supuesto! Y tenemos que llegar hasta ellos. Las nuevas tecnologías ayudan, pero es mucho más difícil localizar a un candidato desempleado.
¿Qué consejo daría a esas personas en paro?
Que reflexionen acerca de quiénes son y qué pueden ofrecer que sea útil en otras empresas. Hay quien lleva tantos años en un puesto que, cuando se lo quitan, no sabe quién es. Esa reflexión es muy importante.
Se trata de ‘reinventarse’, ¿no?
Sí, pero esa palabra da pánico a mucha gente. A menudo, el 80% de tu actividad la has dedicado a algo que ahora el mercado no pide. Y lo que debes hacer es ser consciente de que tienes un 20% de cosas en las que también te has formado y que tienes que hacer crecer. Eso es reinventarse.
Después de llevar años haciendo lo mismo, ¿es difícil ver que uno también ‘sirve’ para otras cosas?
Digamos que, a veces, unos ojos expertos y más objetivos que los propios te ayudan. A veces necesitas que alguien detecte lo que tienes de valor en el mercado laboral actual, que no es igual que el de hace cinco años.
¿Qué piden hoy las empresas que no exigían antes?
A los ejecutivos que antes sólo trabajaban en España se les exige que desarrollen también la empresa en África, Sudamérica o Estados Unidos, mercados en los que la forma de hacer negocios es totalmente distinta. Por otro lado, antes de la crisis las empresas ganaban dinero incluso sin ser excelentes. Ahora se valora que hagas tu trabajo bien y en el tiempo previsto; que des el 120% y pienses más en el cliente. Además, la crisis de valores ha supuesto un gran cambio: antes no se preguntaba por los valores de un ejecutivo, ahora sí.
Así que la ética ha pasado a tenerse muy en cuenta.
Decir “muy” es exagerar. Se tiene en cuenta.
¿Pero antes no?
Antes estábamos muy centrados en la cuenta de resultados, en los objetivos marcados, y ahora no es sólo eso, sino también cómo alcanzarlos. Y ahí entra la ética.

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