Ante las peticiones de recusación por su condición de católico

MADRID, 16 Ago. (EUROPA PRESS) –

Andrés Ollero, el magistrado del Tribunal Constitucional designado para ser ponente en la sentencia sobre el recurso contra la ley de aborto del Gobierno socialista, ha salido al paso de las peticiones de recusación por su condición de católico: “No tiene sentido imaginar que los magistrados llegamos al TC con recetas precocinadas”, sostiene, subrayando además que el ponente de la sentencia sólo tiene un voto y que la decisión se adopta por mayoría.

En un artículo publicado en el diario ABC y recogido por Europa Press, Ollero explica que, como magistrado del TC, ha jurado dedicarse a esa tarea “respetando una estricta metodología jurídico-constitucional, diversa de la propia de polémicas morales o debates políticos”, lo que no implica “relativismo ni teoría de la doble verdad”.

A su juicio, sería un “insulto” interpretar que un magistrado, dada su condición de creyente, fuera incapaz de encontrar argumento racional alguno que le permitiera fundamental la inconstitucionalidad de una ley.
OBJETIVA IMPARCIALIDAD

“No tiene asentido imaginar que los magistrados llegamos al Tribunal con recetas precocinadas –proclama–. No es lo mismo expresar con libertad lo que a uno le parece moralmente más valioso o políticamente más deseable, que dictaminar con objetiva imparcialidad si se han respetado las mínimas exigencias constitucionales en una determinada resolución, sea cual sea el grado en que se la pueda subjetivamente considerar valiosa o deseable”.

Ollero argumenta además que su defensa de valores humanos básicos hace de la moral católica “una religión bastante razonable” y juzga “de irracionalidad política” descalificar al que piense de modo diverso atribuyéndole “ideas preconstitucionales”.

Por último, subraya que el ponente de la sentencia, como es su caso en el la futura sentencia del aborto, sólo cuenta con un voto y, en todo caso, expone el parecer del tribunal: “Si no convence de la validez de sus planteamientos a la mayoría, deberá elegir: o rectifica expresando los predominantes o renuncia a la ponencia, que pasará a otro de los magistrados sin mayores problemas”.