Francisco quiere que se revise el proceso de nulidad matrimonial, para que sea más justo, tanto en la sentencia, como en los plazos y en su coste.
FRANCISCO
“Justicia, para que sean justos, y justicia para las personas que esperan. Justicia y también caridad, porque muchas personas necesitan la respuesta de la Iglesia sobre su situación matrimonial, para el “sí” y para el “no”, pero que sea justa. Algunos procesos son tan largos y pesados que no ayudan, y la gente se rinde”.
Al Papa le preocupa los abusos de los abogados y de algunos tribunales, que piden altos honorarios por estas causas que son de naturaleza espiritual.
FRANCISCO
“Hay que estar muy atentos para que el proceso no entre en la lógica de los negocios. No hablo de cosas raras. Ha habido escándalos públicos. He tenido que expulsar a una persona del Tribunal, hace tiempo, porque decía ‘Dame 10.000 dólares y te hago el procedimiento civil y eclesiástico’. Por favor, que esto no ocurra”.
El Papa ha recordado que durante el Sínodo alguien propuso que los procesos fueran gratuitos.
FRANCISCO
“Durante el Sínodo algunas propuestas han hablado de gratuidad. Tenemos que verlo. Pero que se una el interés espiritual y el económico, ¡esto no es de Dios! La Madre Iglesia es muy generosa para administrar justicia gratuitamente, igual que gratuitamente fuimos justificados por Jesucristo. Este punto es importante. Separad las dos cosas”.
Habitualmente una causa de nulidad matrimonial dura como mínimo un año y medio. Los costes dependen del país.
En Estados Unidos lo habitual es pagar una cantidad simbólica de unos 600 dólares para el proceso. En España, los costes se dividen entre tasas del tribunal y las del abogado. El tribunal recibe entre 600 y 1200 euros, pero puede pedirse una reducción o eliminación. El abogado cobra otros 1000 euros.
El Papa sabe que en algunos casos el coste es lo suficientemente alto como para que algunos ni siquiera se planteen comenzar un proceso, y se alejen de la Iglesia con un fuerte peso en sus conciencias.