Análisis digital.-Desde hace siglos algunos sectores del Islam sueñan con recuperar Al Andalus y convertir la catedral de Córdoba en la gran mezquita de Occidente. En España hay grupos muy activos en defensa de esas reivindicaciones. Lo sorprendente es la cercanía a estas tesis de la Junta de Andalucía desde hace algún tiempo. La comunidad autónoma, gobernada por el PSOE con el apoyo de IU, se ha empeñado en arrebatar a la Iglesia la titularidad de un tempo dedicado al culto cristiano desde el año 1236. La Organización para la Cooperación Islámica, que agrupa a 52 países, entre ellos Irán o Arabia Saudí, aplaude la propuesta de la Junta y califica de «inconstitucional» que el templo sea propiedad de la Iglesia, a la que acusa de «intransigente».
La catedral, es cierto, fue construida en el siglo XIII sobre una mezquita, pero ésta a su vez se había erigido sobre una basílica visigótica anterior. Desde hace 800 años los católicos han celebrado allí su fe y han conservado en condiciones óptimas este lugar, que cada año atrae a un número creciente de turistas. La UNESCO y diversas agencias turísticas han avalado la gestión del Cabildo, mientras que la Junta no aporta un solo euro a la conservación de la catedral desde hace 18 años. Pero si carece de lógica apelar a la gestión turística, más grotesco aún es que la Junta, tan beligerante contra los católicos, aluda a la libertad religiosa. Los musulmanes, como cualquier otro grupo, saben que tienen en la Iglesia a un amigo dispuesto a defender sus derechos fundamentales en igualdad de condiciones con los demás ciudadanos